La sostenibilidad debe verse como una inversión estratégica
¿Qué relevancia tiene, desde la industria, ¿avanzar hacia una transición energética sostenible y adoptar prácticas de producción limpia?
- En esto hay dos miradas. Una tiene que ver con las obligaciones legales y de mercado, ya que hoy la normativa y los clientes exigen estándares ambientales cada vez más altos. La otra es la conciencia propia: en Covisa existe un interés genuino por avanzar más rápido de lo exigido. Quienes adoptan prácticas sostenibles antes de que sean obligatorias logran ventajas competitivas y se posicionan mejor cuando la regulación se vuelve más estricta.
¿Cómo ha avanzado la empresa en la adopción de energías limpias y en la reducción de emisiones dentro de sus operaciones?
- Hoy prácticamente completamos nuestra transición energética interna. Toda la maquinaria funciona con energía eléctrica proveniente de fuentes renovables, gracias a una planta fotovoltaica de 300 KW instalada en la fábrica y a contratos con generadoras limpias certificadas por el Coordinador Eléctrico Nacional. Solo algunos vehículos utilizan combustibles fósiles, y nuestro proceso productivo prácticamente no genera emisiones directas. Además, procesamos internamente los residuos de cables defectuosos para recuperar cobre y reducir desechos, avanzando hacia una economía más circular.
¿Cuáles son los desafíos que enfrentan en este camino?
- El mayor reto está en la huella de carbono del cobre refinado, materia prima que utilizamos y que implica cerca de cuatro toneladas de CO2 por cada tonelada producida. Aunque somos una empresa pequeña frente a la minería, buscamos incidir en la cadena de valor participando en iniciativas gremiales o asociaciones que impulsen la reducción de esa huella. “También estamos revisando nuestros procesos y equipos eléctricos para reemplazarlos por versiones más eficientes y de menor consumo energético.
¿Qué innovaciones han incorporado para tener mayor eficiencia y reducir el impacto ambiental?
- Toda la energía que utilizamos proviene de fuentes renovables, y contamos con una máquina que tritura cables defectuosos, separando el cobre del plástico mediante vibraciones. Este cobre se funde y reutiliza. Además, estamos planificando la modernización de motores eléctricos y otros equipos antiguos para reducir consumo energético. Son pasos concretos hacia una producción más eficiente y limpia.
¿Qué prácticas de producción limpia consideran prioritarias para los próximos años?
- Estamos creando una gerencia de Sostenibilidad para ordenar todas las iniciativas, establecer una línea base y definir un plan estratégico con indicadores y metas a cinco o 10 años. Aunque ya hemos avanzado mucho, queremos estructurar y medir el impacto de manera más rigurosa, priorizando acciones de economía circular y reducción de huella de carbono en toda la operación.
¿Qué rol cumple la economía circular y la colaboración con otros sectores en este proceso?
- Ha sido clave. Por ejemplo, el PVC que antes desechábamos hoy lo vendemos a pymes que lo reutilizan en la fabricación de pisos plásticos para autos. Esto no solo evita residuos, sino que genera valor y apoya a pequeños emprendimientos. La economía circular permite descubrir oportunidades que al principio no se ven, y demuestra que la sostenibilidad también puede ser rentable.
¿Qué mensaje dejarías a las empresas que aún no comienzan su transición hacia la sostenibilidad?
- El principal consejo es partir pronto. Quienes esperan a que la ley los obligue comienzan con más costos y demoran más en lograr eficiencias. La sostenibilidad no debe verse como un gasto, sino como una inversión estratégica que abre oportunidades, impulsa la innovación y mejora la competitividad. Empezar antes permite aprender, corregir y liderar con responsabilidad ambiental y visión de futuro.
Gonzalo Ureta, Gerente General de Covisa.
Fuente: Valparaíso Región sostenible - El Mercurio de Valparaíso